lunes, 10 de febrero de 2014

XII JORNADAS DE LA ASOCIACION DE TEOLOGAS DE ESPAÑA: 15 y 16 de MARZO

La Teología feminista española  pega fuerte en estos tiempos de  crisis y recortes de libertades  y derechos de las mujeres en nuestro paìs....No os perdaís el programa


http://www.asociaciondeteologas.org/#!XII-Jornadas-de-la-ATE-2014/chig/1 

NO MAS MUERTES EN LAS FRONTERAS DE CEUTA Y MELILLA.

VIDEOS EN http://youtu.be/6ILAdvQghaQ

Colectivos de Derechos humanos se han personado esta mañana en Madrid, en la Fiscalía del Estado para exigir responsabilidades al gobierno español y abrir una investigaciòn sobre los hechos sucedidos el pasado jueves 7 de Febrero, fecha en la que se produjo una de las mayores tragedias migartorias en la historia de Ceuta, con la complicidad de la Guradia Civil que actuó  violentamente cotra cientos de inmigrantes desesperados que intentaban cruzar la frontera por mar y en la que la cifra de muertos es dificil de calcular pues hay muchos cadáveres desaparecidos.
 
Al menos 13 inmigrantes fallecieron ahogados o aplastados en el mar, al que se lanzaron en masa desde la playa del Tarajal para intentar penetrar en España bordeando el espigón fronterizo que se adentra unos pocos metros en el agua. Los cuerpos han sido recuperados en aguas de Marruecos, y los rescatadores sospechan que la cifra de fallecidos puede crecer.El grave incidente arroja  numerososas  dudas sobre cómo ocurrió, ya que las personas  subsaharianas  acusaron a la Guardia Civil de dispararles (unos dijeron pelotas de goma, otros “balas de plomo”) en el mar lo que fue causa inmediata del pànico y provocó la tragedia

Hay vida más allá de la crisis. Alandar. Febrero 2014

PERPLEJIDADES SUBURBANAS 
El viaje como parábola de la vida y el tren como metáfora de la aventura humana es un tema común de la literatura, desde las novelas de suspense, como Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie, a los tratados de teología, como Gracia y experiencia humana, de Leonardo Boff. Y es que ciertamente el tren, y aun más el metro para quienes somos de culturas urbanas, es una buena imagen de la vida. Quizás por eso cuando lo cojo cada mañana, abarrotado de gente en la estación de Antón Martín, Embajadores o Lavapiés, siempre “da que pensar”, como diría Paul Ricquer. Por eso mi historia de este mes va de perplejidades y rutinas suburbanas.

Una rutina a la que no me acostumbro son los controles de identidad racistas, más conocidos por “redadas”, que aunque han dejado de ser noticia no por eso han desaparecido. Como por ejemplo el de ayer a las 9, 30 de la mañana en el metro de Lavapiés en el que dos “secretas” jovencitos, medio escondidos en una curva de un pasillo pedían la documentación a las personas de piel negra, cobriza o de rasgo indígenas. Como Mamadou, un hombre de unos 30 años, africano con nacionalidad española, que coge todas las mañanas el metro para ir a trabajar a la oficina, y que sistemáticamente es criminalizado por sus rasgos étnicos y el color de su piel. “Pero si ya me conocéis, carajo…Todos los días lo mismo, si sabéis que tengo papeles”, responde Mamamdou, ante la exigencia de los policías, sin perder la calma y pidiéndoles también a ellos que se identifiquen, ya que su trabajo es defender a los ciudadanos y ciudadanas y no coaccionarles ni crearles problemas con su jefe por llegar tarde.

domingo, 9 de febrero de 2014

¡ Que suerte tenemos!. HAY VIDA MÁS ALLA DE LA CRISIS. Alandar.Enero 2014

¡QUE SUERTE TENEMOS!...
Todas las mañanas cuando desayuno, Maite, una compañera dominica con la que convivo, rompe la rutina de mi sorbo de café con una exclamación a la que no quisiera acostumbrarme nunca, aunque a veces lo hago. “Que suerte tenemos” dice, cuando compartimos los ecos del día anterior y suele coincidir con “noches un poco agitadas” en las que nuestro sueño ha sido interrumpido por una llamada telefónica de algún amigo detenido por no tener papeles, o nos ha costado dormir por el juicio próximo de algunos compañeros por la ocupación de un banco mientras se negociaba la paralización de un desahucio, o simplemente por las emociones vividas en algún encuentro nocturno con mujeres preparando una reunión o por el compartir de alguna compañera que descargó el peso de su corazón dividió entre el acá y el allá que supone la maternidad vivida desde un locutorio .