lunes, 26 de diciembre de 2016

MANTEROS EN EL CONGRESO



El 15 D fue el día. Los que estuvieron allí no lo borrarán nunca de sus conciencias. Llevaban meses preparándolo en las asambleas en la plaza de Nelson Mandela y el local donde se reúne la Asociación sin Papeles de Madrid y los colectivos que forman parte de la Campaña Papeles por derecho.

Los manteros de Barcelona y Zaragoza también acudieron a la cita, también los lateros. Querían visibilizar y denunciar la precariedad de sus vidas, el acoso policial y judicial de una ley injustamente desproporcionada. Denunciar también que ellos, los vendedores callejeros, no son mafia ni competencia a las grades marcas. Visibilizar que son gente pacífica que han arriesgado todo cruzando fronteras inhóspitas para buscar futuro para ellos y sus familias y no van a cejar en el empeño.

Por eso el 15 D, desde las 10 de la mañana, con la lluvia en contra, se pusieron en marcha desde Lavapiés cruzando el centro con sus mantas al hombro, pancartas y carritos de la compra como símbolo de la venta latera, bajo el grito : Sobrevivir no es un delito.

Y así mientras gran parte del grupo se concentró fuera del Congreso de los Diputados coreando sus consignas, haciendo un performance y leyendo un comunicado; otro pequeño grupo accedió al interior del Congreso y presentó una PNL por la despenalización del delito contra la propiedad intelectual, apoyados por el grupo político Podemos.

Entre ellos tres abogadas y algunos representantes de la Asociación Sin Papeles de Madrid y del Sindicato Mantero de Barcelona narraron la trayectoria en la lucha por la despenalización, conseguida en el año 2010, pero vuelta a penalizar con la reforma del Código Penal del año 2015.

A su grito pacifico se sumó también el de muchos ciudadanos y ciudadanas de a pie que están convencidos que ningún ser humano es ilegal y que de Norte a Sur, de Este a Oeste, la lucha sigue cueste lo que cueste.

¿Quien dijo que los pobres no tienen voz?.Lo que no tiene son micrófonos ni justicia que les asista. Por ello luchan por cambiar las leyes. Inshallah


DE NUEVO PUDIMOS COMPROBARLO 
ANTE LA INVISIBILIDAD DE ESTA NOTICIA 
EN LA MAYORÍA DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN 

lunes, 12 de diciembre de 2016

COMADRONEAR LO NUEVO

Aunque no soy muy devota de los tiempos litúrgicos confieso mi pasión por el Adviento como un tiempo que nos reta a la perplejidad, y a la lucidez del Evangelio. Tiempo de luz, como una hoguera que ilumina la oscuridad de la noche sin que las tinieblas puedan terminar con ella (Jn 1, 1-18). No es que no haya tinieblas ni que los tiempos no sean oscuros, sino que en el espesor de la noche ha irrumpido la luz, como un fuego inspirador de miles de fueguitos que iluminan y caldean nuestro corazón y nuestro mundo, señalando que El Evangelio es verdad, que está encarnado y que hay huellas y señales de su presencia entre nosotros. Dios no se cansa de permanecer en estado de Buena esperanza y de urgirnos a ser sus parteros y parteras en nuestro propio corazón y en nuestros ambientes.

Comunicaciòn de Adviento



martes, 6 de diciembre de 2016

JORNADAS STOP .VIOLENCIA CONTRAS LAS MUJERS . 14 Diciembre

El pròximo 14 de Diciembre en Madrid celebraremos por primera vez  en la diócesis una Jornada de Sensibilizaciòn  y Formacion sobre la violencia contra  las  las mujeres. Las comunidades cristianas no podemos permanecer como espectadoras ante esta realidad de sufrimiento  y muerte de tantas  mujeres. Por eso te invitamos a difundir esta convocatoria y participar en ella. 

Os esperamos el 14 de Diciembre   

Pepa Torres Pèrez y la Fundaciòn Luz Casanova 







 

viernes, 2 de diciembre de 2016

Taxistas (Alfa y Omega Noviembre 2016)


Soy peatona casi por naturaleza. No tengo coche y es por eso que ante situaciones imprevistas y urgentes cojo taxis. Los taxis son como las personas, guardan secretos o los traicionan, acogen respetan, consuelan, o violentan, discriminan y rechazan. Todo depende de quienes los conducen. La crisis ha diversificado el perfil de los taxistas. Hay hombres taxistas y mujeres taxistas, taxistas jóvenes y taxistas mayores, hay taxistas filósofos, psicólogos, músicos y hasta abogados.Dos historias recientes vividas en un taxi me hacen escribir este texto como agradecimiento. 

La primera tiene nombre de mujer. Una mujer joven y su niña y yo como acompañante, que abandonan todo lo que tienen, huyendo del maltrato de su pareja. Mientras hacemos el trayecto hacia el Centro de acogida la mujer telefonea algunas personas de confianza para decirles que durante un tiempo va a estar desaparecida, entre ellos a su madre, residente en Centroamérica, con la que mantiene, entre lágrimas y silencios, una larga conversación.

El taxista mira a la mujer respetuosamente por el retrovisor y se posiciona cómplicemente con ella intentado distraer a la niña, conversando sobre una serie televisiva de dibujos animados y ofreciéndole unos caramelos. Cuando llegamos a nuestro destino y vamos a pagar, el hombre, afectado, nos dice: Señoras, este viaje no se lo voy a cobrar. Es mi manera de apoyarlas. Es usted muy valiente, le dice a mi joven amiga. Tenga usted mucha fuerza. Mi madre también hizo esta un día y es lo mejor que pudo hacer por ella y por nosotros. Desconozco su nombre y la matrícula de su taxi pero ni mi amiga ni yo hemos podido olvidar la ternura de su gesto

La segunda historia tiene nombre musulmán y piel negra. Es la una de la madrugada y dos mujeres paramos un taxi acompañando a un amigo que se encuentra hiperventilando. Por favor, a la Fundación Jiménez Díaz, le decimos. En el trayecto nuestro amigo empieza a gemir y a decir palabras en su lengua. No le entendemos, pero sentimos su dolor y su mirada perdida como un grito que nos inquieta. Empezamos a acariciarle y a practicar respiraciones con él y a decirle que le queremos, que no está sólo ante la noticia que ha recibido su país y que le ha hecho ponerse así. Por fin llegamos al hospital y el taxista al dejarnos en la puerta de urgencias le dice con cariño, ánimo chaval, que aquí te van a poner bueno. Que todo se arregle señoras…

Gestos de humanidad, que alivian el espesor de noches y heridas mientras atravesamos semáforos y ceda el paso.