viernes, 7 de abril de 2017

EL BARRIO PARA SUS VECINAS Y VECINOS (Alfa y Omega.Marzo)


Como si se presagiase ya la primavera, en una mañana de sol radiante, allí estábamos.Muchos vecinos y vecinas del distrito Centro lo teníamos claro. Por fin habíamos sido convocados. Esperábamos desde hacía meses la constitución de los Foros Locales, un nuevo órgano de participación ciudadana para fomentar el diálogo abierto con las Juntas Municipales del distrito, hacer llegar la voz de los vecinos y vecinas de manera que nuestros barrios sean gobernados desde nuestras propuesta y necesidades y no de espaldas a ellas. Un espacio también de rendición de cuentas y desde donde impulsar los presupuestos participativos.
 Allí estábamos gente diversa como diverso es nuestro distrito, convencidos y convencidas que no podemos dejar el gobierno de nuestro barrio sólo en manos de los técnicos y los políticos porque hay otra política: la política primera, la política de la vida cotidiana, la política que custodia y vela por lo común, lo de todos y todas y de eso más que nadie sabemos sus vecinos y vecinas.

Allí estábamos, en la fila para recoger las acreditaciones, gentes como, Isabel, de los grupos de Tercera Edad del barrio, fundadora de la primera asociación de vecinos de Lavapiés, con un una idea clara en la cabeza hacer que el barrio vuelva a ser para su vecinos y no para los turistas, frenar la gentrificación.

Allí estaba también Hassan, un vecino africano preocupado por la ausencia de guardería públicas como le sucede a su hija y la presencia policial constante en el barrio,
que en vez de convertirlo en lugar de seguridad lo hace en un lugar de sospecha y tensión constante.

Gentes, también como Mariela, trabajadora doméstica de origen dominicano, organizada y comprometida con los derechos de las empleadas de hogar, convencida que es urgente corporativizar los cuidados y no dejarlos en mano de las empresas privadas que se lucran a costa de la explotación de las trabajadoras.

O gente como Lucía o como yo misma, tantas vecinas amigas que no aguantamos más tanta violencia y explotación sobre los cuerpos de las mujeres, ni brecha salarial, ni tanta precariedad ni tanta tercera o cuarta jornada…

Allí estábamos, constituyendo lo foros locales, apostando por ellos con ganas, con ilusión, convencidas y convencidos que sin participación no hay democracia y que es necesario construirla desde abajo y desde el tejido diverso y mestizo de nuestros barrios

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